sábado, 27 de junio de 2009
Viaje a Australia
El próximo 1 de julio comienzo una nueva experiencia viajera que me llevará hasta las antípodas, al continente australiano. Un largo viaje que empezará en Barcelona, con escala en Londres unas horas, en Kuala Lumpur dos días, y finalmente llegada a Melbourne. La vuelta, a finales de agosto.
No hay grandes planes prefijados, sólo la posibilidad de pasar unos días en Sydney visitando a unos amigos y otros más quizás en una granja australiana donde se intercambia trabajo por alojamiento, comida y convivencia estrecha con la "deep australian way of life".
En la imagen muestro la portada del libro de Chatwin donde describe un viaje a Australia en busca de los "trazos de la canción", las "songlines", que, según el autor, son canciones aborígenes ancestrales que describen territorios y accidentes geográficos. Serían algo así como mapas cantados transmitidos de generación en generación. Muy interesante. Ojalá tenga la posibilidad de conocer más sobre esta interesante cultura masacrada por el colono blanco durante más de 200 años.
Espero pues compartir con vosotros unas cuantas "crónicas australes" durante las próximas semanas. Por favor, no os cortéis y escribid algún comentario. Alegra el corazón saber que te leen cuando te invade la nostalgia del terruño querido.
¡¡¡ Nos vemos en Australia !!!
martes, 23 de junio de 2009
Momentos robados al salir del metro
El Metro de una gran ciudad es un lugar de tránsito en el que el tiempo se congela, y a veces se eterniza. Cuando salimos al exterior, después de este viaje por las entrañas de la urbe, existen unos segundos de desconcierto, de resituación ante un entorno que tras este salto temporal se nos aparece extraño en su discontinuidad. Hay quien enciende un cigarro o mira al cielo o muerde algo o llama por teléfono, antes de proseguir en su cometido. Cualquier cosa sirve para reconectar con la realidad externa. Quise captar este momento de reenganche a la luz natural esperando a mis conciudadanos en su salida del Metro de Fontana, en el barrio de Gracia de Barcelona, mi querido barrio. En alguna ocasión mis disparos añadieron todavía más desconcierto, reflejado en algunas miradas inquietantes.
sábado, 20 de junio de 2009
De turismo en Barcelona
sábado, 13 de junio de 2009
Miradas inocentes
domingo, 7 de junio de 2009
La molestia de ser ciudadano
Llevo unos días con un humor de perros y ahora sé por qué. Durante esta semana pasada dos amigas me han contado dos experiencias sufridas en su propia piel que ejemplifican los obstáculos con los que tenemos que lidiar por culpa de la ineptitud y la avaricia humana. En el primer caso se trata del muro con el que la administración pública nos espera cuando intentamos ganarnos el sustento. En el segundo se trata de una explosión provocada por una organización “sin ánimo de lucro” sobre un túnel que alguien había empezado a excavar para ofrecer un poco de transparencia. Lo que iba descubriendo se quiere tapar de nuevo. Mientras la protagonista de este segundo caso me da permiso para explicar su historia, contaré ahora la de la primera.
EC estaba apuntada en la bolsa de interinos del departamento de Educación de la Generalitat. Se trata de una lista de licenciados sin trabajo fijo que aspiran a sustituir las bajas de los profesores titulares de la enseñanza pública catalana que se van produciendo durante el curso. Los requisitos para acceder a esta bolsa son básicamente el tener el título universitario acorde con la especialidad por la que se opta, estar en posesión de un certificado de aptitud pedagógica y tener un certificado oficial que acredite el conocimiento del catalán. Para justificar todo ello el aspirante ha de registrar toda la documentación en el servicio territorial catalán donde desee ejercer la docencia. Pues bien, si apuntarse requiere un trámite formal relativamente complejo que incluye la inscripción telemática y la presencia física en la Generalitat con todos los papeles en horario laboral, el que te borren de la lista es un proceso que algún funcionario realiza con un click del ratón sin que el interesado se entere ni tenga, por tanto, la posibilidad de reclamar. La normativa dice que será causa de baja de la bolsa la renuncia del interesado o que no se presente al puesto de trabajo ofrecido. Pero en la práctica se considera que el interesado renuncia si no acude a unas convocatorias de unos números que se publican sólo por Internet en una Web que tienes que mirar prácticamente cada día. O sea que en la práctica estás renunciando sin enterarte de que has renunciado. Cosas de la administración pública y de su obsesión por considerar al ciudadano una molestia en vez de un beneficiario del sistema.
En el caso que nos ocupa EC fue borrada de la lista a principios de marzo, naturalmente sin ser informada de ello. ¿El motivo? Todavía lo ignora. Se enteró dos meses después, de casualidad, de que la habían borrado. Intentó acceder a sus datos y el sistema no la dejaba. Llamó por teléfono a su servicio territorial y le dijeron que seguro que había sido convocada y no había acudido. Ante la insistencia de ella de que no era ése el caso, le dijeron que pusiera una reclamación. Así lo hizo y unas semanas después la llamaron por teléfono para decirle que ese servicio territorial no la había dado de baja, sino que lo había hecho el servicio territorial al que había estado apuntada con anterioridad. Exigió la respuesta por escrito ya que ella había puesto la reclamación también por escrito y presencialmente. Silencio administrativo. Mientras tanto EC habla por teléfono con el servicio territorial anterior y no saben darle una respuesta, habla con los servicios centrales del departamento de educación y tras decirle que ellos se encargan del caso, se produce el silencio durante unos días. Tras preguntar cómo está el asunto, le dicen que ellos no pueden hacer nada, que tiene que reclamar a su servicio territorial, cosa que ya había hecho. ¿Para qué sirven unos servicios centrales que tienen los servicios descentralizados? ¿A cuántos funcionarios están alimentando inútilmente nuestros impuestos? Dos semanas después reclama la respuesta in situ en el servicio territorial y le presentan una copia de un email que le habían enviado erróneamente a una dirección equivocada. En esta respuesta le sugieren que reclame en el servicio territorial anterior. Así lo hace. A día de hoy todavía no tiene la respuesta de esta segunda reclamación. Con frecuencia nos quejamos de los líos burocráticos que marean al ciudadano que tiene que lidiar con tres administraciones públicas diferentes, la estatal, la autonómica y la municipal. Pero ya resulta kafkiano que dentro de una misma administración, en este caso la Generalitat de Catalunya, y dentro de un mismo departamento, el de Educación, nadie sea capaz de resolver un problema de forma centralizada sin tener que marear al ciudadano instándole a gestionar su problema él mismo con diferentes personas, enviándole de aquí para allá y, por supuesto, sin aceptar nunca un error propio. ¡La administración nunca se equivoca!
EC llevaba tres años apuntada a la bolsa sin que todavía la hubieran convocado. Durante estos tres años ha tenido que consultar las convocatorias dos o tres veces por semana. Su número ha ido bajando porque a medida que pasa el tiempo se recalcula y es menor que el de los nuevos aspirantes que se apuntan. EC tenía la esperanza de que durante el curso que viene la llamaran por fin. Ya no sólo el trabajo es un mal divino que hemos de sufrir en carne propia para conseguir nuestro sustento. Encima acceder a él resulta un verdadero calvario, una dura competencia, una carrera de obstáculos, total para conseguir las migajas que nos dejan la minoría que controla los medios de producción y el poder político.
Estoy muy cabreado y hoy toca votar al Parlamento Europeo, ser un ciudadano responsable. ¿Cómo puedo molestar más?
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