viernes, 14 de junio de 2013

Un zapatista en Barcelona - El gran Círculo de la Economía tiene secuestrada a la democracia


Así que me dije que si era cierto que mandaban los grandes empresarios y no los políticos, debía ir yo a comprobarlo con mis propios ojos. Me acerqué pues al Círculo de Economía, que no es una logia masónica de culto al dinero, aunque se le parece mucho. Es un grupo de presión de las grandes corporaciones económicas, quizás el más poderoso del Estado español. Con él colaboran 127 grandes empresas, entre las que están los principales bancos y cajas de ahorro, inmobiliarias, industrias de la alimentación, farmacéuticas, compañías de seguros y un largo etcétera. En su patronato están representantes de estas mismas corporaciones, así como algún exalto cargo político, como un tal Jordi Pujol, que según me han dicho fue banquero y después presidente de Catalunya, y que supongo está allí por los servicios prestados. En fin, la crema de la crema de la alta burguesía catalana. También vi que su Junta Directiva, además de empresarios, la componen profesores de economía de Universidad, dos en concreto de la Universitat Pompeu Fabra, y más adelante contaré por qué me hizo gracia este detalle.

Pues bien, por eso escogí esta institución y así pues ya vi que los que mandan en ella son un conglomerado de grandes empresarios, políticos y economistas. Y el día que fui al Círculo presentaban un estudio sobre cómo debería gobernar la próxima presidencia de España en la Unión Europea. Así que ya vi entonces que el Círculo sirve de trampolín para influir en la política y no más lo confirmé cuando vi que entre los ponentes también estaba una secretaria política de la Generalitat de Catalunya.



El modelo de economía que defiende esta institución es el del crecimiento continuo, que ya se ha visto que sólo conduce a la autodestrucción del planeta, pero ellos siguen insistiendo. Además defienden que la economía ha de ser dirigida por una élite empresarial que, con el beneplácito de la política, tiene a su servicio una gran cantidad de trabajadores. Tal como escuché decir a su director general, han conseguido que este modelo de economía no sea cuestionado por nadie, así que su papel de lobby se puede reducir a tener una buena agenda de contactos a los que recurrir para asegurar que una u otra ley, uno u otro reglamento, una u otra subvención, se dirigen hacia donde ellos quieren. Y los políticos les hacen caso, y les subvencionan y ayudan, porque piensan como ellos, se han educado con ellos y además esas empresas tienen muchos trabajadores que utilizan a menudo como argumento para pedir plata y leyes que les convengan porque de lo contrario podrían despedirles y aumentar el paro y la conflictividad.

Así que yo no sé si mandan los políticos o los empresarios pero eso no importa porque lo que sí sé es que todos piensan igual y son en el fondo los mismos, así que no van a hacer caso a ninguna alternativa que se proponga, que sea más democrática y más justa. Y es por eso que entonces digo yo que esta idea de la economía tiene secuestrada a la democracia convirtiéndola en otra cosa diferente a lo que en teoría debiera ser, el poder del pueblo.