
Crónicas tailandesas (VII)
Dejo atrás las regiones montañosas del norte, tras despedirme de los akha y de mis nuevos amigos cooperantes, y me dirijo al este, a Kanchanaburi, ciudad mediana, conocida entre los extranjeros por albergar el puente sobre el río Kwai que lanzó a la fama la película de David Lean.





Los museos destruyen algunos mitos creados por el novelista en el que se basa el film. Un ejemplo: los ingenieros japoneses estudiaron en Inglaterra y tenian gran experiencia en el trazado de ferrocarriles por una orografia complicada como la japonesa. Asi que no es cierto que tuvieran que intervener los ingenieros occidentales para llevar a cabo la obra.
El puente fue bombardeado por los aliados y reconstruido posteriormente. Tras la guerra se decidió eliminar el trazado de más de 200 kilómetros entre Birmania y Tailandia debido al alto coste de mantenimiento y porque ya no era tan necesaria esa vía de comunicación.


Éste es posiblemente el último post desde tierras tailandesas. Mañana vuelvo a casa, home sweet home, o eso espero. Aquí en Bangkok vuelven a manifestarse los partidarios del expresidente depuesto Taksin, los de las camisetas rojas. Ayer tuve dificultades para volver a mi hostal porque los taxistas se negaban a cruzar el lugar de las manifestaciones. Tuve que hacer un largo rodeo en metro por toda la ciudad y coger otro taxi desde el sur.
Volveré a escribir sobre Tailandia pero ya desde casa. Tengo unos breves clips de video, curiosas fotos y alguna historia más que me gustaría compartir con vosotros. ¡ Hasta la vuelta !