jueves, 7 de marzo de 2013

Un zapatista en Barcelona - El Parlament de Catalunya está vacío


Me fui directo al edificio que alberga a los representantes del pueblo de Catalunya. Estaba vacío cuando entré. Sí, era festivo pero era todo un símbolo. Los ciudadanos de esta hermosa tierra en realidad no eligen a sus representantes sino a unos partidos políticos. Estos partidos elaboran una lista cerrada con sus candidatos pero nunca se sabe a ciencia cierta qué pasos se han de dar para ser un candidato de la lista.




Pregunté a los encargados del Parlament si había alguna manera de saber si los representantes de los ciudadanos representaban realmente a los ciudadanos. Quiero decir, si sociológicamente les representaban. No me supieron contestar. Les puse un ejemplo: ¿cuántos diputados llevan por ejemplo a sus hijos a una escuela pública? O ¿cuántos diputados van al médico de la Seguridad Social y no al de una mutua privada? O ¿cuántos diputados cogen el autobús o el metro cada día? O ¿cuántos tienen una segunda o una tercera residencia? No me supieron contestar. Me dijeron que las actividades y los cargos de los señores y señoras diputadas son públicos pero no así las declaraciones del patrimonio y las rentas.




En definitiva, un ciudadano no sólo no puede escoger a los representantes que él quiere sino que además, una vez han sido escogidos, no puede saber si sociológicamente le están representando. Es posible que una élite socio-económica esté legislando en nombre de los ciudadanos.