jueves, 24 de diciembre de 2009

Manifiesto por un buen periodismo


Tras unas jornadas sobre reporterismo organizadas por el Colegio de Periodistas de Barcelona, en las que participaron José Martí Gómez, Llúcia Oliva, Xavier Vinader, Juanjo Caballero, Bru Rovira y Rosa Maria Calaf, los asistentes pudimos constatar, en sintonía con los ponentes, una oposición fundamental y muy peligrosa entre las características que se consideran propias de un buen periodismo de profundidad y la precariedad de las condiciones para ponerlas en práctica en una mayoría de medios de comunicación, demasiado pendientes de sus cuentas de resultados.



Como sea que la calidad democrática de una sociedad está íntimamente ligada a la calidad informativa de sus medios de comunicación, periodistas de diversa procedencia y dedicación profesional, así como demás particulares o entidades que quieran adherirse, declaramos que:

1. El buen periodismo se caracteriza por la honestidad, la contextualización de las noticias, el dar la voz al otro y explicar las diferencias para acercarlas, el seguimiento de las historias y noticias que se cuentan, el compromiso con las víctimas de los conflictos y otros factores humanos como la sensibilidad y la humildad, todo ello sin desdeñar la amenidad en las formas.
2. El buen periodismo ha de incluir el periodismo de investigación, necesario para desenmascarar los abusos de las diferentes formas de poder.
3. El buen periodismo necesita, para poder desarrollar las cualidades anteriores, tiempo, recursos e independencia editorial.
4. Por el contrario, una gran parte de los medios de comunicación han apostado por la información-espectáculo, por el impacto puntual de la noticia, por la uniformidad de las fuentes, por la precariedad de la plantilla de las redacciones, por la eliminación de los corresponsales. En definitiva, por la mercantilización de la información y el beneficio a corto plazo.
5. El buen periodismo es un requisito para la calidad de una democracia y, por lo tanto, debe ser considerado una actividad de bien público. Como consecuencia, las instituciones públicas deben asegurar los recursos necesarios para su ejercicio. En particular, deben asegurar condiciones laborales dignas y apoyar los proyectos que desarrollen buen periodismo.
6. Los medios de comunicación deben apostar por el buen periodismo, dando espacio al reporterismo en profundidad y al periodismo de investigación, en el convencimiento de que en el medio o largo plazo la sociedad lo acaba valorando.
7. Los consumidores de información, es decir, el conjunto de la ciudadanía, deberíamos ejercer un consumo responsable de información valorando críticamente si lo que se nos ofrece es un producto artesano de buen periodismo o es un producto enlatado para usar y tirar.

Si estás de acuerdo con este manifiesto copia y pega el texto en tu blog, crea una noticia con él, difúndelo por email o pon un enlace a este artículo.

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Versió catalana:

Després d'unes jornades sobre reporterisme organitzades pel Col•legi de Periodistes de Barcelona, en les quals van participar José Martí Gómez, Llúcia Oliva, Xavier Vinader, Juanjo Caballero, Bru Rovira i Rosa Maria Calaf, els assistents vam poder constatar, en sintonia amb els ponents, una oposició fonamental i molt perillosa entre les característiques que es consideren pròpies d'un bon periodisme de profunditat i la precarietat de les condicions per a posar-les en pràctica en una majoria de mitjans de comunicació, massa pendents dels seus comptes de resultats.

Com sigui que la qualitat democràtica d'una societat està íntimament lligada a la qualitat informativa dels seus mitjans de comunicació, periodistes de diversa procedència i dedicació professional, així com altres particulars o entitats que vulguin adherir-se, declarem que:

1 . El bon periodisme es caracteritza per l'honestedat, la contextualització de les notícies, el donar la veu a l'altre i explicar les diferències per a acostar-les, el seguiment de les històries i notícies que s’expliquen, el compromís amb les víctimes dels conflictes i altres factors humans com la sensibilitat i la humilitat, tot això sense menysprear la amenitat en les formes.
2 . El bon periodisme ha d'incloure el periodisme d'investigació, necessari per a desemmascarar els abusos de les diferents formes de poder.
3 . El bon periodisme necessita, per a poder desenvolupar les qualitats anteriors, temps, recursos i independència editorial.
4 . Per contra, una gran part dels mitjans de comunicació han apostat per la informació-espectacle, per l'impacte puntual de la notícia, per la uniformitat de les fonts, per la precarietat de la plantilla de les redaccions, per l'eliminació dels corresponsals. En definitiva, per la mercantilización de la informació i el benefici a curt termini.
5 . El bon periodisme és un requisit per a la qualitat d'una democràcia i, per tant, ha de ser considerat una activitat de bé públic. Com a conseqüència, les institucions públiques han d'assegurar els recursos necessaris per al seu exercici. En particular, han d'assegurar condicions laborals dignes i donar suport als projectes que desenvolupin bon periodisme.
6 . Els mitjans de comunicació han d'apostar pel bon periodisme, donant espai al reporterisme en profunditat i al periodisme d'investigació, en el convenciment que en el mitjà o llarg termini la societat ho acaba valorant.
7 . Els consumidors d'informació, és a dir, el conjunt de la ciutadania, hauríem d'exercir un consum responsable d'informació valorant críticament si el que se'ns ofereix és un producte artesà de bon periodisme o és un producte enllaunat per a usar i llençar.

Si estàs d'acord amb aquest manifest copia i pega el text en el teu blog, crea una notícia amb ell, difon-lo per email o posa un enllaç a aquest article.


domingo, 6 de diciembre de 2009

Elogio de los piratas

Algunas crónicas permiten a veces navegar por sus márgenes. Hace poco un barco pesquero de un armador vasco fue apresado en Somalia por los ya famosos piratas. Tras un culebrón político y mediático se pagó un rescate de entre 2 y 3 millones de euros y todos respiramos tranquilos. Pero unas cuantas preguntas quedaron en el aire. ¿Qué hacen barcos españoles pescando tan lejos? ¿Por qué pescan atún rojo si es una especie en peligro de extinción? ¿Quién pagó tanto dinero? ¿Es la pesca una actividad tan lucrativa como para permitirse estos pagos millonarios o el alquiler de mercenarios armados en los barcos? Pero la pregunta más importante es, ¿cómo afecta esta pesca a la población local? ¿Tienen los piratas el apoyo de sus vecinos?




Este video da respuesta a las últimas preguntas. Tras verlo una tiene otra mirada sobre los piratas. ¿Quiénes son aquí los buenos y quiénes los malos? Un profesor del curso de reporterismo que estoy haciendo planteó una pregunta más inquietante: ¿Cómo reaccionaríamos nosotros si unos grandes barcos somalíes vinieran a pescar frente a la Costa Brava, aunque fuera en aguas internacionales? Y sigo yo: ¿cómo reaccionaríamos si con esta actividad se resintiera la pesca de la anchoa de la Escala, o del marisco gallego o de las sardinas y los calamares?

Tiendo a pensar que los piratas siempre han tenido una función redistribuidora de la riqueza frente a la acumulación ávida de unos pocos. Sólo falta que el botín recaudado se invierta en mejoras para la población local para que los piratas pasen a ser una necesidad en vez de una amenaza.

Hoy se habla también de otro tipo de piratas, de aquellos que se aprovechan de la "creación cultural" de los artistas intercambiando sus productos por Internet sin pagar ni un duro. Contra estos piratas organismos como la SGAE han creado toda una infraestructura de persecución, lobby político y denuncias judiciales que pagamos los usuarios de, por ejemplo, una memoria flash, aunque sólo la utilicemos para transportar documentos pesados entre un ordenador y otro. Pero de estos otros piratas hablaré en otra ocasión, porque también hay un montón de preguntas que hacerse al margen de las crónicas habituales.


viernes, 20 de noviembre de 2009

Círculo de Economía: ¿mandan los políticos o los empresarios?




Por casualidades de la vida esta semana he entrado en contacto dos veces con el Círculo de Economía. ¿Qué es el Círculo de Economía? ¿Un grupo esotérico de iniciación al Gran Saber del capitalismo? Pudiera ser, pero no. Es un grupo de presión empresarial. Pero no es un grupo cualquiera, es quizás el más influyente en las políticas públicas del Estado español. El martes asistía a una conferencia donde se presentaba un estudio que realiza recomendaciones a la Presidencia española del Parlamento europeo. El jueves estuve en una rueda de prensa ficticia en el Colegio de Periodistas donde unos alumnos realizaban preguntas al director general del Círculo, Sr. Jordi Alberich (en la foto de abajo), para ver si era posible responder a la pregunta del moderador: ¿mandan los políticos o los empresarios?


Ante un auditorio de estudiantes de periodismo en paro un poquitín crítico, el señor Alberich se defendió bastante bien, remarcando la vertiente amable del Círculo. Incidió en que los socios del Círculo no son sólo empresas, también hay académicos. Defendió la existencia de lobbys o grupos de presión y aprovechó para reclamar una legislación que los haga más transparentes. Se mostró en contra de la eliminación del impuesto de sucesión pues nos dijo que él estaba a favor del capitalismo, no de la aristocracia y que, por lo tanto, valoraba los méritos propios para alcanzar la riqueza y no los privilegios que da la herencia. En fin, acabó sosteniendo que quien manda en nuestro país son los políticos, no los empresarios. Éstos como mucho presionan para defender sus posiciones aunque bien es cierto que no les hace mucha falta ya que, admitió también, los postulados básicos del liberalismo económico, el fundamento de la actividad empresarial, ya han sido asumidos por prácticamente la totalidad de la sociedad.



Yo me quedé con las ganas de hacer un par de comentarios, que no preguntas, que explicaran mi particular opinión sobre la cuestión. Por eso los vierto ahora aquí, así podré dormir más tranquilo.

Sobre el Círculo, no hay más que ver en su pagina web la cantidad de empresas patrocinadoras para entender que esta entidad es eso, un lobby empresarial. Yo le hubiera preguntado al Sr. Alberich cuánto pagan estas empresas, por qué están todas las más importantes del país y qué contraprestación cree él que esperan recibir a cambio. En mi opinión, los socios académicos son un aderezo para diluir el carácter puramente empresarial de este grupo y ofrecer una cara más amable. Me gustaría saber también si estos socios pagan o son pagados por el Círculo por estar ahí.

Respecto al impuesto de sucesiones, la opinión en contra de su eliminación es muy minoritaria y resulta una extravagancia entre la clase empresarial. Cualquier encuesta lo confirmaría. Los empresarios, los capitalistas, odian los impuestos, aunque luego reclamen ayudas públicas para salvar sus empresas. La burguesía ha aspirado siempre a ocupar el lugar de la vieja aristocracia. ¿Qué empresario desea que sus descendientes paguen por la transmisión del título nobiliario de una presidencia o una propiedad empresarial? Expresiones como “hijo de papá” existen en la lengua por alguna razón. Al memos en este país, la meritocracia brilla por su ausencia.

Por último, respecto la pregunta inicial que nos planteó el periodista moderador del curso, creo que es una pregunta trampa. Por supuesto que, en política, mandan más los políticos que los empresarios. Al fin y al cabo son ellos los que legislan, los que enuncian las reglas del juego. El problema es que los empresarios, aun mandando menos que los políticos, mandan demasiado. Y este poder empresarial que el Círculo, entre otros, se esmera en prodigar, apunta directamente contra la línea de flotación de la democracia. Los empresarios son una minoría respecto otros grupos sociales con intereses antagónicos. No les correspondería tanto poder si la democracia fuera fiel al lema “un ciudadano, un voto”. Pero con la excusa de que “crean puestos de trabajo” o de que “generan riqueza”, se les considera demasiado. Si generan riqueza también la destruyen. Los tiempos actuales nos ofrecen mil ejemplos de ello por desgracia. Y todo ello sin mencionar favores y donaciones, corruptelas y recalificaciones. Por otro lado, en el ámbito laboral, donde un trabajador pasa la mayor parte del tiempo de su vigilia, mandan los empresarios con un poder absoluto. Y ese tiempo, y ese poder, muchas veces no se tiene en cuenta cuando se habla del poder de los empresarios. Es un poder silencioso que coarta libertades individuales pero, en cuanto es un poder asumido, no es cuestionado.

Acabo con un canto de esperanza: ¿se colará algún día un zapatista en el Círculo? Atentos al blog que he descubierto: Un zapatista en Barcelona.


martes, 17 de noviembre de 2009

Autorretrato



Los claroscuros son una constante en mi existencia. Aprendí a tomar en consideración la parte oscura de la vida, y no sólo la luminosa, durante mi tierna juventud. Con el tiempo comprobé que el claroscuro en el fondo es intrínseco a la autopercepción humana.




Necesitamos luz para ver, pero toda luz genera su sombra cuando nos interponemos delante. Y cuanto más intensa es la luz, mayor es la sombra a nuestras espaldas. Darse cuenta de la propia sombra, darle espacio, interrogarla, es una forma de airearla, de aliviarla. Si vamos sólo hacia la luz corremos el riesgo de cegarnos.



Otra lectura de lo mismo, también una constante en mi vida, ha sido la búsqueda del conocimiento, pero de un conocimiento que se sabe hermano de la “manía”, de la locura en el sentido griego, de la paradoja y lo contradictorio, del misterio de lo irracional.



Este cuadro de Durero, “La melancolía”, refleja en mi opinión este “malestar de la cultura”, parafraseando a Freud, en que consiste una civilización que ha dejado atrás el vitalismo de los dioses más emocionales. El conocimiento en clave occidental, como la luz, agranda las lagunas del saber primordial y produce la añoranza por aquel pasado de comunión con la naturaleza en el que todo se comprendía sin explicación alguna.



Pasa lo mismo con la observación, otra de esas cualidades paradójicas que me he dedicado a cultivar. Puedes mirar lo pequeño hasta dar con la más fundamental de las partículas, pero entonces tu propio mirar interferirá con su objeto sin poder llegar a delimitarlo como tal. Puedes así mismo mirar hacia lo más grande y lejano y llegar casi hasta el segundo primordial posterior al Big Bang, pero entonces Todo es Uno y nada se distingue. A veces conviene cerrar un poco los ojos, tal como hacemos cuando algo nos deslumbra, para así nublar la vista y poder ver entre líneas.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Ontogenia y filogenia cultural



Recuerdo que cuando estudiaba biología en el colegio, hace ya unos cuantos años, realicé un trabajo voluntario sobre la evolución. Ya entonces me fascinó una frase que aprendí de memoria y recitaba, no sin cierto narcisismo intelectual, a quien estaba dispuesto a escuchar mis hallazgos en el conocimiento de la vida: “la ontogenia es una recapitulación de la filogenia”.



Bien es cierto que no era la frase en sí sino el significado que encerraba lo que me resultaba fascinante. La ontogenia humana, es decir, el desarrollo del embrión humano desde su concepción hasta el nacimiento, pasa por una serie de estadios intermedios muy semejantes funcional y formalmente a los estadios por los que ha pasado la especie humana en su evolución, es decir, en su filogenia. Por poner un ejemplo, existe un estadio del desarrollo embrionario en el que feto humano es casi idéntico al de un pez, distinguiéndose incluso las formas de unas branquias. Los órganos vestigiales, como el apéndice, las muelas del juicio o los músculos de la oreja en los humanos, serían reductos de antiguos órganos necesarios en etapas evolutivas anteriores pero que ahora se han ido atrofiando hasta anular su funcionalidad. Por lo visto las ballenas conservan huesos en su parte posterior que son vestigios de antiguas extremidades posteriores de una supuesta etapa evolutiva terrestre.

Siguiendo el hilo de esta idea que, por lo visto, hoy en día está más o menos enterrada en el cajón de los hallazgos inútiles y al mismo tiempo dudosos, mi imaginación en seguida fue más allá de la teoría y se inventó una equivalencia cultural de este principio biológico: el desarrollo cultural y social de un ser humano desde que nace hasta que alcanza la etapa adulta plenamente madura sería equivalente al desarrollo cultural histórico de la comunidad social en la que se halla inmerso. Es decir, la analogía entre desarrollo individual y colectivo no acabaría con el nacimiento sino que seguiría hasta, al menos, la etapa adulta madura. El nacimiento de un ser humano correspondería al supuesto “nacimiento” de la especie humana con rasgos distintivos de su predecesora especie homínida de la que se derivaría. Y en efecto, quién puede negar la gran semejanza entre un bebé humano y un bebé chimpancé, por ejemplo. La infancia desplegaría la adquisición de toda una serie de capacidades que emularían el paso del paleolítico al neolítico, incluida la adquisición del lenguaje oral. Y en el nivel de los afectos, por ejemplo, quién no ha pasado por una etapa infantil en la que el deseo no distingue géneros o se enfoca hacia uno de los progenitores, es decir, una etapa en la que el amor se asemeja al concepto griego del amor y a toda esa amalgama de relaciones amorosas de los dioses y héroes que incluso nos han prestado sus nombres para designar nuestros complejos. Ahí está la adolescencia también y su rebelión contra la autoridad paterna puede encontrar su analogía en alguna de las revoluciones sociales que acabaron con un sistema autoritario anterior y que abrieron el camino hacia la democracia, o sea, hacia la independencia del poder respecto de una estirpe paternalista.

En fin, no digo yo que ésta sea una teoría firme y sólida pero las analogías son múltiples y ofrecen mucho juego. Y el mecanismo no parecería muy estrambótico. Se trata de pensar que una misma estructura funciona en niveles diferentes -neuronal, genético, social- produciendo resultados análogos. No se trataría tanto de una explicación causal determinista en el sentido sociedad-individuo o viceversa, sino más bien de una explicación sincrónica de analogía entre significados.

Para no alargarme y aburrir demasiado, desarrollaré una segunda parte de esta idea –la relación entre el dentro y el afuera o el microcosmos y el macrocosmos- en otro artículo.


viernes, 30 de octubre de 2009

Nace la asociación Udutama



Cuando volví de Tailandia la primavera pasada me propuse seguir colaborando de algún modo con los Akha, esta interesante y hospitalaria etnia de las montañas del norte del país. Fruto de mi maravillosa experiencia y con la complicidad de unos amigos, hemos creado la asociación Udutama para el apoyo de minorías étnicas o culturales.


La asociación ha sido reconocida oficialmente por la Generalitat de Catalunya hace poco y justo ahora acabamos de poner en marcha la web, que podéis visitar en www.udutama.org. Allí podréis encontrar toda la información sobre el ideario de la asociación, nuestros objetivos y los proyectos de los Akha con los que pensamos colaborar. Nuestra idea es ser solidarios con las minorías culturales que están amenazadas por una cultura hegemónica superior. No nos podemos permitir el lujo de perder el maravilloso patrimonio cultural que representan. Éste es el caso de los Akha y con ellos empezaremos a colaborar. Desde aquí os quiero animar a participar en este proyecto de la mejor manera que podáis. Una de las actividades que tenemos pensada es intermediar con nuestra contraparte en Tailandia para enviarles voluntarios y voluntarias que convivan con ellos un par de semanas. Ésta es la mejor manera de conocer esta interesante cultura y de ayudarles a mantener su dignidad mediante vuestro interés por ellos. Porque la solidaridad más efectiva es la que hace digno al otro.

Empezaremos poco a poco, sin prisas, pero sin pausa. Así que si queréis manteneros informados para colaborar en el futuro, os aconsejo que os inscribáis en la web para recibir las noticias por email, en el idioma de vuestra elección (català, español, english). Creemos también que los medios han de estar alineados con los fines. Y si nuestros fines forman parte de un ideal de justicia, democracia y solidaridad, nuestros medios van a ser el trabajo en equipo, la democracia total en la toma de decisiones y la transparencia máxima. En un mundo en el que ya se desconfía, muchas veces con razón, incluso de las asociaciones sin ánimo de lucro, nos gustaría que nuestra gestión sirviera de modelo para una nueva ética de las organizaciones sociales. Bienvenida es cualquier sugerencia al respecto.

¡ Os esperamos en Udutama ¡


miércoles, 14 de octubre de 2009

La locura del pensamiento



“Los que hemos cogido no los traemos, y los que no hemos cogido los traemos”. Así contestaron unos pescadores a Homero cuando fueron interpelados por él al volver del mar con las redes vacías. Dicen que Homero murió de aflicción al no poder resolver este enigma, un sabio como él. Por lo visto había sido un mal día para pescar y los hombres se habían dedicado a despiojarse. Se referían, pues, a los piojos y no a los peces, cuando contestaron a Homero.

Una de las ideas-fuerza que más me seducen por su capacidad de ofrecer al pensamiento una total libertad creativa, es la idea de que la racionalidad, el pensamiento lógico, y en suma, la filosofía, proceden y deben su “razón de ser” a la “manía”, concepto que en griego antiguo significaba algo parecido a un tipo de locura en el que confluían el enigma, la paradoja y la contradicción.

Decir que la razón es un fruto tardío de la sinrazón o, más precisamente, de un magma previo en el que razón y sinrazón formaban una unidad indistinguible, se puede interpretar como una conquista del hombre, como el nacimiento de la luz del conocimiento, de la conciencia, que vence la oscuridad del inconsciente, de la locura. Pero la verdadera fuerza de esta idea es justo la contraria, y reside en que con la racionalidad le sobreviene una grave pérdida al ser humano. La razón es unilateral, niega la dualidad creativa, aborrece la matriz que la ha engendrado. Con el nacimiento de la filosofía, del amor al saber, se pierde la sabiduría, el saber mismo. El hombre pasa a ser una criatura anhelante, siempre insatisfecho, porque el conocimiento no puede abarcar nunca la totalidad de la que se ha desgajado. La verdadera comprensión de las cosas, la sabiduría, estaría, así pues, más cerca de la locura que de la cordura, de esta locura que no niega la contradicción, que se expresa a través de metáforas, de símbolos, porque a la que intenta explicarse mediante la razón tiene que soltar lastre, decantarse por una u otra de las dos caras de la paradoja, y entonces ya no es capaz de dar cuenta de lo real.

Con esto quiero decir que considero lo real como paradójico en esencia, irracional, contradictorio. El pensamiento oriental es en este sentido más adecuado para captar lo real, porque es más intuitivo que el pensamiento occidental racional, y las filosofías que nos han llegado de Oriente son, en mi opinión, más sabias que nuestra ciencia occidental. Sólo cuando nuestra ciencia se relaja y se olvida de los principios axiomáticos del pensamiento racional, del principio de no contradicción, de identidad y del tercio excluso, entonces es capaz de llegar a resultados semejantes a aquellos que hace miles de años propugnaban las filosofías orientales o los últimos sabios de la Grecia arcaica. De lo contrario la ciencia, siguiendo los dictados de la razón, se trastoca en tecnología, y lo único que ansía entonces es la conquista, la conquista del paraíso perdido por otros medios. Una conquista quimérica que, debido a su unilateralidad, sólo puede traer destrucción.

Este pensamiento liberado de las ataduras de la razón, de corte maníaco, se funde con el arte. Las fronteras entre uno y otro se difuminan. Y, como el arte, es capaz de recrear la realidad abriendo nuevos caminos, antes insospechados.


martes, 6 de octubre de 2009

El “oasis catalán” empieza a ser una pesadilla



Nos habían dicho, durante los años del pelotazo inmobiliario, y nos los habíamos creído, que Catalunya era una excepción notable y loable, un oasis que destacaba sobre el paisaje arenoso y turbio de la corrupción rampante. Poco a poco se han ido desvelando los casos que han convertido este oasis en un espejismo. Pero entre el caso Millet del Palau de la Música y los informes inútiles encargados por Generalitat y ayuntamiento de Barcelona, el oasis empieza a ser una pesadilla, de aquellas recurrentes con las que no hay manera de acabar. ¿O sí?



Lo que más acongoja del caso de los informes es la naturalidad con la que nuestros responsables políticos se lo ventilan. Una naturalidad que raya no sé si en el cinismo o en la presunción de idiotez del público al que se dirigen. Cuando se destapó el caso, por cierto, calcado del que vio la luz en tiempos del gobierno de Pujol, se encargó una auditoría para calmar las aguas agitadas de la opinión pública. Los auditores -no sabemos de quién eran esta vez amigotes- escogieron una muestra de los informes que, curiosamente, no incluían los más controvertidos, como los que se habían encargado atendiendo a los intereses de un partido. Tras su análisis concluyeron que más o menos el 15 % de los informes eran inútiles o podían haber sido redactados por un funcionario de la casa. Es decir, unos 600.000 euros del erario público se habían malgastado sin más. Cuando el conseller de economía comentó el resultado de la auditoría dijo que era una proporción aceptable y se dio carpetazo al asunto. En definitiva, nos han vuelto a meter un gol delante de nuestras narices: encargan una auditoría, que no sabemos cuánto ha costado, para no hacer nada. Como si fuera otro más de estos informes que no sirven para nada. Ni una mínima investigación interna para conocer a los responsables y tirarles de la oreja, ni la elaboración de unas normativa interna que intente evitar que se repitan estos encargos en el futuro, ni la publicación abierta de todos los informes, con los nombres de autores y responsables políticos para que se les caiga la cara de vergüenza. Nada, no se va a hacer absolutamente nada. Nadie ha dimitido. No se ha cambiado normativa alguna. Todo va a seguir igual. El dinero público seguirá malgastándose.

Cuando una sociedad deja que sus dirigentes políticos jueguen con su dinero de esta forma, esta sociedad empieza a aceptar la derrota de la democracia. Como si fueran niños consentidos, nuestros políticos cada vez nos engañarán más. Llegarán las elecciones y pondrán cara de buenos para que les regalemos por cuatro años más su juguete más preciado, pero justo después volverán a hacer de las suyas porque nada tiene consecuencias.

Pues no, ¡ no hay que dejar pasar ni una ¡ Nos dicen también que no conviene judicializar todas las acciones políticas, pero si ante un presunto delito de malversación de fondos públicos, nadie dimite, ¿qué nos queda a la ciudadanía? De verdad que muchas veces me dan ganas de montar una asociación que se dedique a denunciar implacablemente a los responsables de cualquier presunto uso indebido de los recursos públicos. Es lo único que nos queda si estimamos la democracia. Debemos actuar ya, antes de que el poder judicial acabe también en sus manos. ¿Alguien se apunta?


martes, 22 de septiembre de 2009

Breve retrato psicosocial de los aussies



Lo primero que sorprende cuando uno llega a Australia y se cruza con sus habitantes es la extremada amabilidad y simpatía que desprende la gente. No es infrecuente que alguien se dirija a ti para ayudarte si te ve mirando un mapa, te salude por la calle con una sonrisa o te pregunte cómo estás sin conocerte de nada y sin venir a cuento.






A ojos del viajero de la vieja Europa, los australianos parecen de buen humor y se les ve felices. Quizás ayude la máxima que escuchamos en repetidas ocasiones de su propia boca y que parece toda una consigna en sus vidas: "No worries", "No drama". "No te preocupes, no hay problemas, no hagas un drama de lo que no es", parecen querer decirte detrás de este latiguillo. Esta felicidad se transmite a medida que pasan los días y uno llega a contagiarse con tanta facilidad que la adopta como forma de vida, al menos temporalmente. Sin duda influye el estar a miles de kilómetros del lugar donde, inexorablemente, uno habrá de reencontrarse con las obligaciones y los compromisos. Pero qué caray, por qué no adoptarla en lo posible también aquí, tal como hacen ellos en su vida diaria donde seguro que tampoco están libres de potenciales preocupaciones.





A este estado de buen rollito contínuo se suma una total confianza en las buenas intenciones de cualquiera, por muy extraño que sea, y una sensación total de seguridad y tranquilidad. Todo está a su favor: un clima benigno y variado, un territorio semivirgen donde caben todos y muchos más, una tasa de paro y delincuencia ridículas si las comparamos con nuestros estándares.




Sin embargo, también existe su lado oscuro. Los aussies no tienen resuelto el gran drama de este continente, que es la marginación a la que han relegado a la minoría aborigen que llevaba viviendo allí cincuenta mil años en paz y armonía hasta que llegaron los primeros colonos británicos. Lo han intentado todo, desde el genocidio a gran escala hasta la integración forzosa mediante el secuestro de los niños y su adopción por blancos. Les han desposeído de sus tierras para a continuación relegarlos en reservas. Nada ha dado un resultado positivo. La tasa de aborígenes en prisión es veinte veces mayor que la de aussies. Tienen graves problemas de alcoholismo y están empleados en los trabajos peor pagados, cuando trabajan. Los prejuicios de los aussies hacia los aborígenes no hacen más que alimentar el fuego de este círculo vicioso que es la discriminación, tal como refleja el anuncio en la foto que encabeza este artículo.




Fuera de este drama colectivo no resuelto, los australianos blancos, hoy cada vez más multiculturales debido a las sucesivas olas de inmigración, sobre todo de asiáticos, le han dado la vuelta a la decepción, el miedo o la repulsión que sintieron los primeros colonos que llegaron a estas tierras y las bautizaron con nombres tan estremecedores como "Never Never River", "Deception Bay", "Bloodwood Camp", "Broken River", "Repulsive Creek" o "Tribulation Cape". Se han apropiado de la vida salvaje y el terreno angosto, y la han civilizado. Aunque la naturaleza sigue explosionando en muchos lugares, la cultura de la abundancia les permite llevar una vida apacible y despreocupada.








Fauna australiana



Crónicas post-australes (I)

No os asustéis. Tan solo escribiré un par de artículos más sobre Australia, una vez finalizado mi viaje. Tanto en el museo de historia natural de Brisbane como en el de Sydney, me llamó la atención la inclusión de los aborígenes australianos en las exposiciones permanentes, al lado de koalas y canguros. Esto dice mucho de cómo los aussies y las autoridades que les representan, ven a los originarios y negros habitantes del continente. Para darle la vuelta y contrarrestar así modestamente este modelo museístico, en estas dos crónicas post-australes voy a poner juntos a la fauna y a esos mismos aussies, herederos de las sucesivas olas migratorias de colonos occidentales. Aquí va la primera, la fauna.


En la foto que encabeza la crónica podéis ver una reproducción de un cassowary, extraña ave, parecida al avestruz y al emu, que sólo llegamos a ver, como si fuera una alucinación, cruzando la carretera justo delante nuestro.

El resto de fotos no tiene trampa ni cartón, y es tan solo una pequeña representación de la variada y singular fauna australiana.

canguro
bush turkey o pavo del matorral


ibis
rana durmiendo

serpiente pyton
loros arcoiris

pelícanos
gaviota de pico rojo

cangrejo azul
goanna

serpiente de árbol
wallaby de roca con cría

koala
kookaburra

tortuga de agua dulce
cocodrilo de agua salada

cacatúa australiana
cacatúas rojas

pez raya
ballenas jorobadas

lagartija aussie
peces del arrecife de coral

ornitorringo
estrella de mar