domingo, 10 de mayo de 2009

Veneno contra la crisis



Con la excusa de la crisis se llevan a cabo los desatinos más esperpénticos que imaginarse uno pueda. Ahora resulta que para mitigar la bajada de la producción de las grandes empresas automovilísticas, a algunos Estados europeos y comunidades autónomas de nuestro país no se les ha ocurrido nada mejor que subvencionar con una cantidad, 1500 euros en la Comunidad de Navarra por ejemplo, a quien se compre un coche nuevo.

Nada mejor para paliar los efectos desastrosos que la contaminación del transporte provoca en el medio ambiente. La presión de los lobbys europeos del automóvil ha funcionado a la perfección. Bajo la amenaza del cierre parcial de fábricas con la pérdida de puestos de trabajo que ello implicaría, la clase política cede al chantaje y regala una parte de los nuevos coches con el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos. O sea, que la solución a una crisis sistémica no es otra que poner más leña al fuego y seguir manteniendo una industria contaminante e hiperactiva. Pan para hoy, hambre para mañana, y sequías, inundaciones, problemas respiratorios y un largo etcétera de desastres. En definitiva, veneno contra la crisis.

Nadie se ha planteado reconvertir la industria del automóvil, como antaño se hizo en nuestro país con la minería del carbón, formando a los obreros de la Seat o la Opel en la industria verde de energías alternativas, por ejemplo. Nadie, ningún político quiero decir, se ha planteado que la crisis del sector la paguen los que han estado cobrando dividendos millonarios de esta misma industria en tiempos de bonanza económica. Al contrario, se sigue subvencionando desde todas las administraciones, estatal, autonómica y local, la producción de veneno en forma de hierro con ruedas. Se regala 1500 euros a quien quiere cambiar de coche mientras los comedores sociales no dan abasto para atender a cientos de personas desesperadas. ¿Cuántas bicicletas podrían comprarse con 1500 euros? ¿Cuántos nuevos talleres y fábricas de bicicleta podrían inaugurarse si se incentivara el abandono del coche a cambio del regalo de una bici para cada miembro de una familia?

En vez de aprovechar los momentos de crisis para realizar los cambios necesarios, nos aferramos al modelo antiguo que ya no funciona. Nos quemamos y echamos más gasolina. Un sistema que basa su éxito en el crecimiento continuo está condenado al fracaso. Nuestro mundo es finito, es imposible crecer indefinidamente. Caminamos hacia la autodestrucción. ¿Nos merecemos a estos políticos tan cortos de vista? ¿Los vamos a tener que mantener todavía por mucho tiempo?


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