martes, 1 de marzo de 2011

Acompañando a Buda por el Mekong en Laos



Entro en Laos por Huai Xiai, en el norte, atravesando el Mekong desde Tailandia. En el templo de la ciudad me encuentro con los primeros monjes budistas, que observan un partido de Volley Ball, el deporte estrella. Tanto el río como Buda, reencarnado en estos jóvenes novicios, ya no me abandonarán hasta que cruce la frontera con Camboya en el sur de Laos, donde el Mekong se convierte en el mar de las 4000 islas.


Un monje observa el río a su paso por Luang Prabang …



... mientras otros aprovechan para practicar inglés con el primer turista ocioso que se les acerca.



El budismo en estas latitudes tiene muchas similitudes con las antiguas creencias animistas. Cuando se ofrece comida a los monjes se reserva un poco para los espíritus que habitan simbólicamente en las estatuas de Buda.



En Vientiane el sol se esconde tras el Mekong con el naranja túnica de los monjes y algunos turistas pretenden atraparlo.



Tras un largo viaje en un autobús nocturno con camas -estrechas y compartidas-, me reencuentro con el gran río, ahora ensanchado hasta el punto de albergar cientos de islas, 4000 dicen que son.



Unos niños me muestran orgullosos lo que han conseguido pescar con sus propias manos.



Aquí el río es tan parecido a un mar que hasta una rara especie de delfines habita en él. Los monjes también quieren verlos.



Tras varios intentos consigo capturar el lomo de uno de ellos. La costa de enfrente ya es Camboya.



Me despido aquí de este país, comunista y blaugrana, de gente triste y lánguida, pobre y sucio, que ve al turista como lo que es, un dólar que camina.



Un país que en la foto oficial muestra una cara pero que esconde otra, de un desarrollismo cansino y polvoriento, de partido único e himno nacional al amanecer, a todo volumen, en las calles de cualquier pueblo.





3 comentarios:

Luchida dijo...

Unas fotos increíbles. Me ha encantado el post. Hace muchos años estuve con mis padres en el pueblo ... (no recuerdo dónde pero creo que era en las Alpujarras) donde encontraron al "niño lama" (no recuerdo tampoco su "denominación oficial") pero según me han contado mis padres estaba rodeado por monjes como los de tus fotos. ¡Debió de ser curioso ver ese panorama en las Alpujarras! Una lástima que no lo recuerde...

Xavi dijo...

Pues sí, debió ser un contraste muy fotogénico, el naranja chillón de los monjes sobre el fondo blanco encalado de las bonitas casas alpujarreñas. Así que eres de por ahí ? Me encantan las Alpujarras.

Luchida dijo...

Nací en Almería, viví 18 años en Málaga, volví a Almería por 3 años y ahora llevo uno y algo en Cáceres. Finalmente... no sé de dónde soy :P