martes, 15 de febrero de 2011

El tercer sexo



Una de las peculiaridades tailandesas es la figura del “ladyboy”, la mujer/hombre o el hombre/mujer. La dificultad de utilizar la palabra correcta en español es ya un indicio de las limitaciones de nuestro lenguaje para designar a este tercer sexo que en nuestro entorno suele moverse entre la incomprensión y el desprecio. En Tailandia el ladyboy es, al contrario, una figura respetada y admirada.



El ladyboy florece en la más tierna adolescencia y es habitual verlos ya en la escuela rodeados a menudo de un grupo de amigas. En una de las escuelas que visité en Isán, el director me presentó a un grupo de alumnas que estaban sentadas junto a un joven. Se presentaron una a una y cuando le llegó el turno al chico se expresó de una forma muy amanerada. El director, que sabía tan solo cuatro o cinco palabras en inglés, soltó un “beautiful”, “beatiful” que no supe descifrar.



A la semana siguiente aquel chico desfilaba, junto a sus compañeras, como una muy “beautiful” mujer en un festival escolar.



Toda fiesta o celebración que se precie debe incluir esta figura. El día de graduación de los universitarios de Chiang Mai, un numeroso grupo de ladyboys, compañeros de los homenajeados, vestían sus mejores galas para fotografiarse junto a sus amigos. Y posaban muy coquetas cuando les enfocaba con mi cámara.




Esta figura es tan genuinamente thai que ni siquiera encaja entre las minorías culturales. Entre los Akha, por ejemplo, hombres y mujeres duermen separados. Cuando fuimos a visitar el pueblo akha de Lee donde cultivan café, Tata, un amigo suyo ladyboy, cargaba con una mochila enorme. El misterio se resolvió cuando al llegar desplegó una tienda de campaña cerca de la casa donde dormíamos. Su “tercer sexo” le impedía ubicarse ni con los hombres ni con las mujeres.

1 comentario:

Luchida dijo...

Qué curioso... Sobre todo el final de la entrada. Muy integrados pero a la hora de dormir... ni en un sitio ni en otro... Qué curioso...