jueves, 11 de diciembre de 2008

La fotografía como documento: ¿realidad o ficción?

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona
Exposición “Archivo Universal” en el MACBA

La extensa exposición de fotografía que se exhibe actualmente y hasta el 6 de enero en este museo de Barcelona invita a la reflexión sobre el carácter de documento que ostenta la fotografía.


La fotografía como documento es tratada desde diferentes acontecimientos históricos –el movimiento obrero de principios del siglo XX, exposiciones de propagandaArcadi Shaikhet. El ejército rojo marchando sobre la nieve, 1928, el folklore Franco Pinna. Ciclo Coreutico de Maria. Nardò, Italia, 1959progresivo, la antropología de Margaret Mead- que cuestionan su carácter objetivo, su fiel reflejo de la “realidad”. Si bien en sus inicios permitió visualizar la emergente clase obrera surgida en los primeros años del siglo pasado, más adelante sirvió a los intereses del capitalismo liberal difuminando las diferencias sociales mediante la documentación de la familia prototípica universal, popular, consumista y aparentemente feliz. Su uso como medio de propaganda estatal en diferentes exposiciones universales contrasta con su cientificismo y anhelo de veracidad al mostrar otras formas de vida a través de la antropología visual.

A caballo entre el arte y el positivismo, los comisarios de la exposición pretenden interrogarnos acerca de su estatus sin posicionarse plenamente a un lado u otro de esta frontera. Lo que parece claro es que este medio documental ha servido para legitimar y recrear diferentes ideologías. El medio es en sí mismo neutro pero no así su mensaje, el contenido que nos transmite. La propia selección del objeto a fotografiar ya supone un filtro ideológico y político. La mirada del documentalista se posa en aquello que le interesa o para lo que ha sido contratado. No es una mirada inocente ni perpleja, aun cuando aparentemente sea desinteresada.
Humphrey Spender. Tran scene: Overheard conversation, ca. 1937
Por otra parte el documento fotográfico ha estado estrechamente vinculado con la historia: sin documento no hay historia, dijo Le Goff. Esta asociación da pie a otra pregunta importante que también nos plantea la exposición. El mundo actual en el que, mediante la digitalización, la fotografía se ha vuelto ubicua, inmaterial, promiscua y omnipresente, ¿anuncia de nuevo, desde otro campo, el fin de la historia? Mi opinión es que no, la historia continua, pero quizás, ya no va a documentarse como hasta ahora o, en cualquier caso, va a permitir múltiples criterios y medios de documentación.


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